
Ella pareció, de pronto, entristecerse.
"Habrá sido algo que yo he dicho", pensé.
"Habré hecho algo que la pertubara,
o habrá recordado súbitamente algo
que la ha amargado", pensé.
Entonces sentí nuevamente el sol picar en mi cuello,
tras haberse tapado momentáneamente por una nube,
y comprendí asi por qué razón se ensombreció su rostro.
Sonrió otra vez, aunque algo amargamente aún.
y asi supe, puesto que yo no podría mover las nubes
ni reverdecer un árbol que se ha marchitado,
que jamás podré hacer algo frente a semejante tristeza.
Desde entonces ya no intento remediársela.
me limito asi, a compartirla con ella.
1 comentario:
por algunas razones que no vienen al caso, siempre he sentido profundamente no tener palabras para decir saudade.
aquella palabra mágica desborda en su cuerpo imposible un anhelo, un silencio: presencia de una ausencia.
quién nos habrá dejado sin ella? pregunto obstinado.
y siempre he de saber que algunos versos sabrán decirlo tan bien como ud. ha puesto en lúdicas palabras.
salud y alegría!
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