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carta extraviada
en el tiempo
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porque aquí no esta usted, me permito andar por ahí escribiendo cualquier barbaridad esperando que la lea, señorita, con su cuerpo estoico y con los ojos fijos, vibrantes. Intento imaginar sus movimientos, qué hace su cuerpo mientras lee. Porque aquí no está usted, me doy el gusto de decirle a mis amigos que no existe nadie más allá de mi papel, que no es ni será jamás usted, ni nadie, solamente un papel, quien se sacuda noche a noche entre mis manos. Puedo afirmar, con la ridícula seguridad de quién nada lo sabe, que se siente usted feliz, esté donde esté, y que no ha de volver a mi si no en esas cartas que no echa en el buzón, y que escribe desde usted, hacia mi, por usted y para usted. Porque aquí no está usted, como bien lo sabe que lo sé, se avecina un tiempo raro para mi, y no comprendo como puede uno verse tan al mismo tiempo verde y seco, y ser estéril, yermo, y saber, también, que se tiene el poder de florecerlo todo de una vez, con la sola voluntad de querer. Yo me siento así, porque aquí no está usted, ni yo tampoco estoy aquí. Más bien el tiempo, el tiempo es así, lo es todo con el paso de su paso: interminable; con el brazo de su brazo: irresistible; con la razón de su existencia: inexplicable.
Y envejecen así los hombres, viendo envejecer a sus madres, y así envejecen las mujeres, viendo morir a sus hombres, y el mundo es tan nuevo cada vez que muere alguien para aquellos que lo lloran, que imagino el desaliento de los viejos al pararse en la ventana y ver las cosas que quedaron en el medio, las mujeres que quedaron en recuerdos, los lugares que sus ojos nunca vieron. Yo no seré viejo por un tiempo, y no quiero recordarla en la ventana, con la sed de madrugada o la sal de mis mañanas, como aquello que quedó incompleto, como una vieja carta siempre sellada. Porque aquí no está usted, señorita, aquí la quiero aquí, y no quiero recordarla para nada.
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de edwardo almereyda. "las cartas, los versos, las mañanas y el tiempo"
3 comentarios:
Qué cosa, la correspondencia no correspondida.
Esta es una hermosa carta, para ser entregada en persona.
y yo que prefiero hacer siempre aviones con ellas, y echarlas al aire para ver si el destino las lleva...
habré de llevarla conmigo, por si acaso.
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