declaración.
"El acusado" quisiera saber si le gusta la música brasileña. o qué música pone cuando se levanta a la mañana. porque él nunca pone la misma, pero sabe que hay gente que si lo hace. También, dice, quisiera saber cuantas otras sorpresas tiene guardadas, porque desde que por primera vez tuvo el coraje de acercarse a ella, no ha dejado de sorprenderlo ni una sola vez. Dice que no quiere jugar a enamorarse, porque teme que, como cuando niños, acaben confundiendo el juego con la realidad, y es que (y esto me lo ha dicho solo a mi, por lo que es completamente confidencial y me ha pedido que no lo repita jamás de no ser estrictamente necesario) ya se ha imaginado como sería estar enamorado, y le ha parecido por demás bonito, por lo que prefiere prevenir que curar y alejarse de esos problemas. Dice, asimismo, creer que ella podría enamorarse también, y que al mirar sus ojos aquella mañana recordó no sé qué frase de no sé qué película de no sé qué director español (en este punto desvaría en su declaración relatando los pormenores de la historia de la precitada película, en donde una muchacha se da cuenta que el hijo de su padrastro se ha enamorado de ella, y dice para si misma una frase de lo más bonita que no consigo recordar exáctamente, por lo que prefiero excluirla de este informe). Acaba finalmente por volver a su relato, y lo finaliza diciendo que justo cuando iba a repetirle aquella frase de lo más bonita que no consigo recordar y que he excluído de este informe ella le formuló una pregunta que lo importunó (dice que no la recuerda con precisión) y que prefirió entonces no decir nada, "no sea cosa que me mandaba una cagada", dice.
También menciona que sus intenciones jamás fueron de carácter negativo, y que solo actuó como creía moralmente correcto, o por lo menos moralmente neutral, y dice que se anima a decir que no considera correcto que se lo juzgue por sus actos, ni por las consecuencias de los mismos, porque "el destino, en cuestiones del corazón, es más sabio que los seres humanos", y agrega que se siente inocente, y se sentiría muy honrado si se le permitiera hablar con ella (me parece notar, en este punto, una lágrima que amaga desde su ojo derecho). Le respondo inmediatamente que no se le permite visitar a su víctima, bajo ninguna circunstancia, y que así seguirá siendo hasta que se halla esclarecido su caso. Ofendido se levanta y afirma no tener nada más que decir. En este punto me da la espalda y deja de hablar, por lo que considero oportuno dar por finalizada su declaración. Apago el grabador, cierro mi carpeta y me despido. Me dirijo hacia el pasillo y hacia el salón de al lado. Sé que allí espera ella, su víctima (catalogada también en el informe como "la acusada") para que le tome declaración. Mientras ingreso al salón me pregunto (y considero oportuno dejarlo sentado en el presente informe) si habrá en el mundo otro crimen en el que las víctimas sena, al mismo tiempo que víctimas, los acusados y los culpables del delito. Me siento entonces frente a ella, y justo antes de encender el grabador recuerdo la frase mencionada anteriormente y se la digo. Ella me mira sin entender: evidentemente mis palabras no han significado nada para ella. "¿qué quiere saber?" me pregunta.
Será tal vez que no ha visto la película.
de edwardo almereyda "amores que han hecho daño". Segunda parte.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
los amantes del círculo polar.... cómo no saberlo....
excelente amigos! tenemos un primer ganador!. si prácticamente en cada texto de este sitio hay una película oculta, esta es la primera vez que alguien la descubre. a ver quien descubre la próxima.
Publicar un comentario