Carta con violines
El melodrama. melodrama. melo drama...
"Estimada señora: quisiera saber qué pasa por su mente al leer estas líneas. No se imagina cuanto añoro nuestra charla frente al lago. Quedó trunco mi divague, gracias a no se quién que llegó a saludarnos. Yo quería besarla, lo admito.
Quisiera saber, le digo, qué ocurre con su cuerpo cuando lee estas líneas, y es que me gusta imaginar que me acompaña en el sentimiento, quién sabe. Me temo que somos pasajeros de un tren más bien fantasma. Incluso temo ser yo el único pasajero, y que usted se halla quedado en la estación. Tal es mi temor ya que nunca he recibido respuesta suya a mis cartas. En ese caso tendré que hablar con el maquinista para que me permita bajar en la próxima parada. Y es que no tiene sentido seguir jugueteando con la idea de que usted me quiera.
Ande querida señora, tiene usted mi dirección: mándeme una carta y póngale al sobre el perfume que usted usa. Y entonces, aunque el contenido esté en blanco, sentiré su aroma y sabré que usted viaja conmigo."
Cerró el sobre e inmediatamente lo arrojó por la ventana. Enviarlo hubiese sido un acto de valor y él se consideraba un respetable cobarde. salió de su estudio y entró al comedor. besó a su esposa en la boca, se caló el somnbrero y salió a tomar el tren rumbo a la oficina. al llegar a la estación se detuvo un momento. observó por si acaso [fuera de campo] una breve sonrisa se dibujó en su boca...
de Edwardo Almereyda, "Amores que han hecho daño".
2 comentarios:
Admirable relato de ficcion....¿ficcion?...
un beso grande!
el gordo será el que yo pienso?. hace mucho que no cruzamos un abrazo amigo. espero vernos pronto.
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