Corazón. No me olvides, ¿te acordás? sabes... No me olvides. Yo sé por que, pero hoy tu cara me mira desde otro lado: está bajo una sábana que ha sido tuya, ya no la recuerdo. Ya no te conozco como antes vos no a mi, no decirme que te ibas, no decirme que querías, no decirme que esperabas, cuando yo esperaba que esperases, y me lo dijeras.
Entendés, ya se. Tan complicado de explicarlo ha sido que nadie en realidad lo sabe excepto nosotros, y no hablamos de eso.
Corazón, no te olvides. No hemos sido compañeros ni hemos sido pasajeros, hemos sido simplemente una estación, y hoy todo se ve exactamente como debería verse, tan borrosa incertidumbre. Tantas cartas, tantos sobres, tantos cuentos, tantos nombres. Tantas ceremonias de lo que no se como fue tan poco, lentamente poco, terriblemente poco, injustamente. Sé que debo algo a todo esto. Soy deudor de nuestro nunca jamás encontrarnos, queriendo vernos, encontrando la manera de querernos encontrar y nunca hacerlo. Y todo queda aquí, en este frío imaginario, que comprenden tantos menos vos, y que tanto es así que ya empiezo a dudar de que en verdad existas, en este mundo o en el otro, corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario