domingo, diciembre 24, 2006

Habremos de acostumbrarnos, entonces
a que las películas se parezcan cada vez más a la vida
y no que la vida se parezca a las películas
habrá que acostumbrarse entonces.
-------------------------------------------------------------------
y además:
-------------------------------------------------------------------
El agua, el agüita le resbaló por la frente con ligereza, y cuando se dió cuenta su cuerpo completo estaba mojado. El agüita lo mojó, un bautismo a los 22, una curiosa tarde anaranjada.
Descubrió algo, y no pudo dejar de flotar en todo el día. Tiempo atrás creyó haber esquivado el golpe, pero hoy descubría un corte en su mandíbula: knock out técnico por tres caídas: el amor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy a propósito no dejé que se te escape, pero sólo porque es más simple estirarlo, como tus idas.
Tal vez quiera todo de vos: tu frente fruncida, tu desesperación, tus pequeños tesoros, tus escondites, tu obra, tu gracia. Tal vez pretenda más que todo, y sin embargo me conforme con tu espera.
Ya están transparentes los muros que te cubren, y con ellos se afina el paradigma.
No hay dudas:
voy a ir juntando sobres.

Anónimo dijo...

¿es acaso muy notorio que a cada segundo el resto pierde importancia?

AlmereydA dijo...

como a muchos incrédulos les gusta repetir: papá noel no existe, y, la vida no es una película. no es tiempo, entonces, de recuerdos. Es tiempo de silencio.