.LAS BESTIAS.

las bestias nos rodean, silenciosas. se pasean en la oscuridad sin quitarnos los ojos de encima. cada tanto, una de ellas de abalanza sobre uno de nosotros, con una violencia tal, con un salvajismo propio de un animal furioso y no de un ser humano. "es porque son bestias" pensamos los demás, los que no somos atacados, mientras vemos como la bestia salvaje, con un alarido de violencia humilla la virilidad de nuestro compañero des haciendolo frente a nosotros. "Es porque son bestias" le diremos luego mientras curamos sus incurables heridas, pero para nuestros adentros no, él ya no será el mismo, el ya no será, desde que fue atacado por la bestia, uno igual a nosotros, el está humillado.
y así continuaremos, vanagloriándonos del triunfo irrefutable de la racionalidad, de nuestra racionalidad. reiremos socarronamente y elucubraremos teorías acerca de la sensibilidad, la seducción, el diálogo, el amor y la comprensión. Beberemos nuestros tragos con distinción, y nos palmearemos las espaldas.
seremos tan felices y tan grandes.
hasta que otra vez, una de las bestias, por alguna desafortunada razón vuelva a atacar enloquecida.
y esta vez tal vez lo ataque a uno, y uno apenas tendrá tiempo de pensar "es porque son bestias" y enseguida se verá envuelto en un torbellino de adrenalina, de sudor, y de golpes y arañazos y mordidas y alaridos. no se sentiría el dolor, como tampoco ninguna emoción directa, solo que, entre medio de los golpes,
en el medio de la escalada de furia,
se sentirá uno tremendamente impresionado, espantado,
al descubrir uno que la bestia es humana,
que la bestia no es otra cosa que otro hombre,
que la bestia no es otra cosa que un puño humano dando por tierra, haciendo añicos para siempre todos los progresos de la razón, del pensamiento, de la evolución.

y levantarse ya no va a ser tan fácil.